Dolor en músculos y articulaciones en todo el cuerpo: causas y tratamiento.

Si hay una sensación desagradable en un área en particular, ciertamente es una fuente de problemas para el paciente, pero el dolor en todo el cuerpo trae consigo mucho más sufrimiento. En este caso, incluso las actividades cotidianas pasan a un segundo plano, ya que son difíciles de realizar.

Muchas personas están familiarizadas con la sensación de debilidad, fatiga y dolor que interfieren con una vida activa. Asimismo, no se puede ignorar el dolor frecuente en músculos, huesos o articulaciones. Debe obligar al paciente a tomar decisiones rápidas para descubrir el motivo y la naturaleza de otras medidas. Pero para esto, primero debe consultar a un médico.

causas

Cuando los músculos y las articulaciones de todo el cuerpo duelen, lo primero que debe hacer es averiguar con qué está asociado.

Una amplia zona de tales sensaciones debe empujar al paciente y al médico a la idea de una lesión sistémica. La causa no debe buscarse en tejidos individuales del sistema musculoesquelético, sino en la función de todo el organismo y sus sistemas. Al mismo tiempo, es bastante difícil entender lo que realmente duele: músculos, huesos o articulaciones. Tales sensaciones se extienden por todo el cuerpo y no tienen una localización exacta. Sin embargo, hay estados para los que una situación similar es bastante típica. Estos incluyen los siguientes:

  • Estrés corporal.
  • Enfermedades infecciosas.
  • Patología del tejido conectivo.
  • Trastornos de la sangre.
  • Procesos tumorales.
  • Desórdenes neurológicos.

Como puede ver, la patología es muy diversa y grave. Si no tiene en cuenta las razones completamente fisiológicas de la debilidad y el dolor muscular, debe tener mucho cuidado con la probabilidad de estas enfermedades. Una visita al médico nunca es superflua.

Un médico puede hacer una presunción sobre el desarrollo de dolor en las articulaciones y los músculos de todo el cuerpo después de un examen clínico.

Síntomas

Dolor de hombro

Cada patología tiene características distintivas. Todas las manifestaciones deben tenerse en cuenta, incluso si son insignificantes. Para detectar una enfermedad que afecte al estado de músculos y articulaciones, es necesario analizar el malestar del paciente y los síntomas objetivos.

Dado que el dolor es el síntoma más común, es necesario considerar sus posibles características:

  1. Dolor, ardor, corte o apuñalamiento.
  2. Se localiza en la zona de músculos, huesos o articulaciones.
  3. Se siente en las mismas zonas del cuerpo o es fugaz.
  4. Permanente o periódica.
  5. Moderado, fuerte o débil.

Puede ir acompañado de debilidad, cansancio o dolor. Si la causa del dolor radica en enfermedades generales del cuerpo, seguramente habrá otros síntomas que sugieran la causa del problema.

Estrés corporal

Dolor de cuello y articulaciones

En primer lugar, debe descartar una situación a la que casi cualquier persona podría enfrentarse. La actividad física excesiva puede provocar tirones musculares que afectan las sensaciones en diferentes partes del cuerpo. El dolor y la debilidad están asociados con la acumulación de ácido láctico en los tejidos y microdaños en las fibras. Debido a esto, se desarrolla un dolor de garganta, que con el tiempo desaparecerá. Debe recordarse que solo los músculos están involucrados en el proceso y no debe haber otros síntomas.

Si se descarta la sobrecarga física, se deben buscar causas más graves de dolor.

Enfermedades infecciosas

Frío como causa de dolor en las articulaciones.

El dolor de huesos y músculos es conocido por cualquiera que haya tenido alguna vez una infección respiratoria. Incluso una IRA mundana se asocia con tales síntomas. Qué podemos decir de una patología más grave como la gripe, la meningitis, la fiebre hemorrágica, la leptospirosis, la borreliosis. El dolor de vuelo es característico de la brucelosis y la mialgia epidémica. En muchos casos, tales sensaciones son el resultado de una intoxicación microbiana. Las enfermedades infecciosas van acompañadas de otros síntomas:

  • Fiebre.
  • Toser, estornudar.
  • Erupción cutanea.
  • Náuseas, diarrea.
  • Dolor de cabeza.
  • Debilidad general.

El dolor en las articulaciones puede molestar incluso a pacientes con daño hepático: hepatitis viral. En este caso, la gravedad en el hipocondrio derecho, el color amarillento de la piel y la disminución del apetito son característicos. no debemos olvidar la posibilidad de invasiones parasitarias, por ejemplo la triquinosis, en la que el dolor muscular tiene un gran valor diagnóstico.

El espectro de patología infecciosa es muy amplio, por lo que es necesario identificar la causa del dolor en el cuerpo de manera oportuna.

Patología del tejido conectivo

El lupus eritematoso como causa de dolor articular

Si los músculos y las articulaciones duelen, es necesario examinar al paciente en busca de enfermedades sistémicas: lupus eritematoso, polimiositis, esclerodermia, artritis reumatoide. Tienen un carácter autoinmune y ocurren cuando hay daño al tejido conectivo que ocurre en todos los sistemas del cuerpo. En este caso, debe prestar atención a las siguientes características:

  1. Daño simétrico en las muñecas con deformidades características - en artritis reumatoide.
  2. Enrojecimiento de la piel en forma de mariposa, con lupus eritematoso.
  3. Debilidad de los músculos de las extremidades y el cuello, con polimiositis.
  4. Engrosamiento de la piel de los dedos, cara con forma de máscara, con esclerodermia.

Debe mencionarse otra enfermedad con manifestaciones sistémicas: el reumatismo. Aunque un patógeno microbiano (estreptococos) se convierte en el factor desencadenante, en el futuro se desarrollará un proceso autoinmune. Los dolores de vuelo en las articulaciones son característicos de esta enfermedad.

Los trastornos del tejido conectivo están asociados con daños en los órganos internos: el corazón, los pulmones, los riñones, así como los vasos sanguíneos y el sistema nervioso.

Trastornos de la sangre

Análisis de sangre para el dolor en las articulaciones.

Los trastornos del sistema hematopoyético son una causa frecuente de dolor óseo. Desafortunadamente, la mayoría de ellos son malignos, por lo que es útil que todos conozcan los signos característicos de dicha patología. Además del dolor en las extremidades, en la leucemia se presentan los siguientes síntomas:

  • Aumento de temperatura.
  • Ganglios linfáticos inflamados.
  • Sangrado en varios lugares.
  • Piel pálida.
  • Agrandamiento del bazo y del hígado.
  • Tendencia infecciosa.

Además, la dificultad para respirar, la debilidad general, la pérdida de apetito y los nódulos en la piel pueden ser molestos. La forma aguda de leucemia se presenta con manifestaciones pronunciadas y, sin un tratamiento adecuado, representa un grave riesgo para la vida.

Procesos tumorales

Hinchazón como causa de dolor en las articulaciones.

El dolor en el área de los huesos, las articulaciones o los músculos de todo el cuerpo puede aparecer en la estructura del síndrome paraneoplásico, que es característico de varios tumores malignos. Se desarrolla debido a trastornos metabólicos, inmunitarios y de otro tipo asociados con el proceso primario. Artro u osteopatías frecuentemente observadas, similares a diversas enfermedades reumatológicas. Los signos similares aparecen mucho antes de la detección del proceso tumoral.

Además, el dolor óseo puede resultar de la "intoxicación por cáncer" que se observa en pacientes con tumores avanzados y metástasis. Además del síntoma indicado, los trastornos generales predominan en el cuadro clínico:

  1. Gran debilidad.
  2. Demaciación hasta el punto de agotamiento (caquexia).
  3. Pérdida de apetito, náuseas.
  4. Palidez de la piel con tinte grisáceo, ictérico o azulado.
  5. Fiebre.
  6. Depresión, irritabilidad.

Dichos signos agravan significativamente la condición del paciente y afectan el pronóstico de la enfermedad.

Es necesario prestar mayor atención a la detección de tumores en las primeras etapas, lo que solo es posible con exámenes preventivos regulares.

Desórdenes neurológicos

Dolor en las articulaciones de las manos.

Si el paciente siente dolor en los músculos, articulaciones o huesos, el problema puede incluso estar en el sistema nervioso. Muy a menudo, se observan síntomas similares en la polineuropatía. La enfermedad puede tener diferentes localizaciones, pero las extremidades inferiores son las más susceptibles. En tales casos, se notan los siguientes síntomas:

  • Entumecimiento, hormigueo, ardor, hormigueo "piel de gallina".
  • Disminución de la sensibilidad.
  • Cambio en la severidad de los reflejos.
  • Debilidad muscular, hipotrofia.
  • Adelgazamiento de la piel, caída del cabello, sequedad.

La polineuropatía puede causar un dolor intenso, que afecta significativamente la calidad de vida del paciente.

diagnóstico

el médico prescribirá un tratamiento para el dolor articular

Después de un examen clínico, es necesario utilizar métodos adicionales que contribuirán al diagnóstico correcto. Dada la multitud de patologías posibles, el médico necesita una variedad de herramientas de laboratorio e instrumental. Estos incluyen los siguientes:

  1. Análisis general de sangre y orina.
  2. Análisis de sangre bioquímico (antígenos infecciosos, pruebas reumatoides, marcadores tumorales, indicadores de fase aguda, pruebas de función hepática, etc. ).
  3. Análisis bacteriológico de secreciones sanguíneas y corporales.
  4. Punción de la médula ósea.
  5. Tomografía por resonancia magnética y computarizada.
  6. Neuromiografía.

Es necesario consultar a un reumatólogo, especialistas en enfermedades infecciosas, oncólogos, hematólogos y neuropatólogos.

Sobre la base de los resultados de un examen completo, es posible hacer una declaración final sobre el desarrollo del dolor en los huesos o músculos.

tratamiento

Después de establecer el diagnóstico, el médico determinará otras medidas. Las tácticas terapéuticas dependen del tipo de enfermedad, su prevalencia y la condición del cuerpo del paciente. Es difícil formular un programa de terapia general para todas las enfermedades que pueden estar asociadas con dolor o dolor en las articulaciones, músculos y huesos. Todo depende de la situación específica que dicte el uso de técnicas conservadoras u operativas.

Terapia de drogas

Medicamentos para el dolor articular.

El pilar principal del tratamiento de la mayoría de las enfermedades es la medicación. Se han convertido en una parte integral de la medicina moderna. Una variedad de medicamentos le permite afectar casi cualquier mecanismo de desarrollo de patología y su causa. Con la llegada de ciertos medicamentos, se ha vuelto mucho más fácil tratar enfermedades graves.

Dependiendo del diagnóstico realizado y la situación clínica, los siguientes medicamentos pueden usarse para el dolor en todo el cuerpo:

  • Antibióticos y antiparasitarios.
  • Antiinflamatorio no esteroideo.
  • Hormonas (glucocorticoides).
  • Citostáticos e inmunosupresores.
  • Desintoxicación.

Muchos de los fármacos tienen contraindicaciones graves para la enfermedad neoplásica. Esto se aplica a las vitaminas y los agentes metabólicos. Su uso puede mejorar la progresión del proceso patológico. Por supuesto, el complejo de tratamiento puede incluir medicamentos adicionales que afecten los síntomas individuales de la enfermedad.

Los medicamentos deben cumplir con los estándares de terapia generalmente aceptados y solo pueden ser recetados por un médico.

Tratamiento operatorio

tratamiento quirúrgico del dolor articular

La cirugía puede estar indicada para tumores o trastornos sanguíneos. En el primer caso, se elimina el foco patológico junto con los ganglios linfáticos regionales. Debido a la naturaleza de la enfermedad, es posible el nombramiento posterior de radioterapia. Con leucemia progresiva en el contexto de la terapia conservadora, se recomienda un trasplante de médula ósea.

El dolor en el sistema musculoesquelético y en los sistemas articulares, que afecta a la mayor parte del cuerpo, puede ser un motivo de grave preocupación. El diagnóstico temprano y el tratamiento proactivo ayudarán a prevenir complicaciones y mejorarán el pronóstico de cualquier enfermedad.